jueves, 10 de noviembre de 2011

Cómic: Nunca me has gustado

La revisión de un clásico moderno, como es la obra hoy comentada, puede llevar consigo al arrastre -por peso- de la opinión generalizada en cuanto a la valoración de la misma. Pero he de admitir que aun siendo un trabajo magnífico, no he encontrado aquí esa obra maestra anunciada.

NUNCA ME HAS GUSTADO de Chester Brown: ***3/4

Como suele pasar tantas veces, la buena prensa previa acaba pesando más de lo debido sobre el consumo de la obra en cuestión, negando en parte el disfrute anhelado y esperado, pero ofreciendo al tiempo la constancia de que la impresión propia no tiene porque coincidir obligatoriamente con la generalizada aun en casos que parecían predestinados a ello. Ya comenté en su momento la grata impresión que me había causado uno de los pilares maestros del tebeo autobiográfico americano; BINKY BROWN, cuya potencia conceptual acaba siendo un ejemplo residual de las fuentes a las que acude Brown tanto en este trabajo, como en el previo EL PLAYBOY. En ambas desgrana los sinsabores de la adolescencia desde el punto de vista de una personalidad estanca, lacónica e introvertida, que lucha (sin demasiado éxito) por comunicarse con los demás. En la sinceridad de su puesta en escena, fría, calculada y milimetricamente ausente de exaltación emocional alguna radica el éxito del trabajo, que se sostiene gracias a una soberbia narrativa secuencial, donde se evidencia el dominio de Brown en la composición de página, la elipsis, las viñetas únicas o la propia elección del tamaño y formato del cómic en blanco y negro.

Asímismo, su personificación inexprevisa y ausente refleja con acierto el compungido conflicto de salto generacional (que trae consigo las dudas sentimentales acerca de la amistad y el sexo) al que se ve expuesto a lo largo del periodo que narra, mediando un lirismo contenido (la secuencia del escondite en el prado) limítrofe al mutismo más exasperante. En esta frontera silente de inoperancia social, NUNCA ME HAS GUSTADO juega sus mejores bazas, haciendo de la narración expuesta un ejercicio de sutileza y contención, obligando con la frustración de su protagonista a retrotraer al lector a su propia experiencia juvenil en similares circunstancias. Pero más allá de estos -más que considerables- logros, lo que se nos cuenta resulta tan poco conclusivo y catártico como parece suponerle a Brown desde su gélida narración de relojería.

No me entiendan mal, es de alabar el esfuerzo que supone mediar entre el prisma deformante de la memoria sentimental frente a la facilidad del volcado lacrimógeno, pero con su lectura me ha transmitido más inquietudes y logros técnicos para con el tipo de historia contada que interés en la propia trama. Con todo un tebeo excelente que debe leerse con atención y detalle, al que solo puedo ponerle un pero destacable, su elevado precio en relación a su edición, estupenda por otro lado de la mano de Astiberri en rústica con solapas.

2 comentarios:

  1. Hola.

    Muy interesante el blog, me lo apunto a favoritos.
    Te mando un enlace a una distinta reseña sobre Torrezno cuando solía echar una mano en las críticas a los amigos de un blog ya extinto pero muy bueno.

    http://lecturasrecomicdadas.blogspot.com/2007/07/las-aventuras-del-capitan-torrezno.html

    Un saludo.

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  2. Hola Toni,

    Muchas gracias, paso a incluir tu enlace como referencial a la hora de valorar la obra de Valenzuela. Cualquier amigo de TORREZNO es amigo de este blog! (y eso que yo no he hecho más que comenzar con la saga ;-)

    Por cierto, una vez curioseado un poco, aquí tienes a un Alcarreño de adopción que lleva Madrid en la sangre. Si alguna vez gusta vd de volver a escribir algo sobre cómic o cualquier otra índole, este es su blog y un servidor estará encantado de dar cobijo -de nuevo- a plumas tan elegantes como la suya.

    Agradezco de nuevo las amables palabras.

    Saludos en paralelo.

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